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domingo, 23 de noviembre de 2014

El lado cómico de la salud (1ª parte)


Esta semana ha sido mi semana del cómic. Comencé el lunes leyendo el post de Blanca Mayor Un trío perfecto: cómic, ética clínica y habilidades de comunicación. En él se reseñaba el seminario realizado el 12 de noviembre en Zaragoza, titulado El cómic: nueva y poderosa herramienta en ética y comunicación. El evento trató sobre la utilización del cómic como herramienta docente en la formación de estudiantes de medicina y, más concretamente, en la enseñanza de ética y habilidades de comunicación. Al parecer, la instigadora del evento fue Mónica Lalanda, médico de urgencias e ilustradora. Los otros dos ponentes, que invitó a través de twitter, fueron Blanca Mayor, experta en terminología y comunicación en salud (autora de un interesantísimo blog, que, sin duda, te recomiendo) e Ian Williams, médico, autor de cómics médicos e impulsor del Congreso Internacional de Cómics y Medicina



Si te has quedado con las ganas de asistir, como yo, no te preocupes, que parece que habrá más y, posiblemente, cerca de tu casa.

El jueves, Blanca Usoz compartía en twitter un interesante artículo. En él se subraya la utilidad del cómic como una herramienta de educación en salud y una forma de compartir la experiencia del paciente a través de la narración en primera persona. 



Además, este fin de semana se ha celebrado el Salón del Cómic de Getxo. A parte de montañas de cómics, encontré dos experiencias muy interesantes donde se utiliza el lenguaje del cómic como instrumento de acción social: 


 
  • La Estrategia Barcelona Antirrumores, donde se publicó un cómic para combatir rumores y estereotipos sobre la diversidad cultural de la ciudad. Puedes ver uno de los números aquí.

  • El proyecto Viñetas de Vida de Oxfam Intermón. Esta ONG llevó a ocho dibujantes e ilustradores a conocer “in situ” proyectos impulsados gracias al apoyo de la cooperación española. A su regreso debían contar su vivencia a través de un cómic de diez páginas. Acudieron a Getxo dos de los participantes, que contaron tanto lo que vieron y sintieron en sus viajes, como el proceso de creación de sus relatos gráficos.    

David Rubin viajó a Burundi. Una de las cosas que más le impactó fue que cuando sacaba fotos a los niños no reconocían su propia cara, otros niños señalaban y decían “este eres tú”. En Burundi donde no hay de nada, tampoco hay espejos. Por eso tituló su historia “Los niños sin espejo”.

La experiencia de Sonia Pulido en la Colombia rural fue mucho más dura. Vio en los testimonios de las madres con las que se entrevistó un absoluto desprecio por la vida humana. Contó que le costó mucho tiempo crear su cómic La madeja porque “sales de allí como si te hubieran centrifugado”.


En definitiva, ha sido una semana donde me he parado a pensar un buen rato sobre lo que ya se está haciendo con el cómic en el ámbito de la salud y sobre las interesantes posibilidades que nos brinda para formar, informar, cambiar hábitos e incluso actitudes y prejuicios frente a determinadas enfermedades. 

Se abre una nueva puerta ¿te atreves a entrar? 

Ya tenemos Vídeos y Salud ¿para cuándo Cómics y Salud?


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